La vida salvaje en un estanque de la ciudad
Había una vez un niño llamado Rohan que vivía en la ciudad. Todos los días se asomaba a su ventana y admiraba el hermoso estanque que había justo fuera de su casa. Un día, mientras miraba el estanque, Rohan se dio cuenta de algo inusual: ¡había todo tipo de animales diferentes viviendo alrededor!
El primer animal que vio fue una mangosta india, que buscaba comida cerca del borde del agua. También vio algunos patos que vadeaban por las zonas poco profundas y piaban alegremente mientras realizaban sus actividades cotidianas. Más lejos de la orilla, Rohan pudo distinguir grandes peces que nadaban graciosamente bajo la superficie.
Rohan no podía creer la cantidad de criaturas que habían hecho de este lugar su hogar; ¡parecía que cada mañana descubría algo nuevo! Incluso empezó a reconocer a algunas de ellas por su nombre, como Kallu, uno de sus patos favoritos que vivía al otro lado del estanque. Con el paso del tiempo, Rohan empezó a pensar más profundamente en cómo interactuaba cada criatura con su entorno.
Pronto se dio cuenta de que, aunque estos animales vivieran independientemente unos de otros, en realidad dependían unos de otros para sobrevivir dentro de este pequeño ecosistema junto a su casa. Los árboles de los alrededores proporcionaban cobijo y sombra a los pájaros que volaban por encima; mientras tanto, las plantas submarinas daban oxígeno tanto a los peces como a las ranas.
Esta nueva comprensión inspiró a Rohan a tomar parte en la protección de este pequeño reducto de vida salvaje, comenzando con conversaciones con los vecinos sobre la conservación de la energía o la reducción de los niveles de contaminación cerca de los cursos de agua para no perturbar los hábitats naturales como el suyo más abajo. Pronto otros se dieron cuenta de lo que estaba haciendo y, en poco tiempo, todos se convirtieron en apasionados embajadores de la conservación de la naturaleza en su comunidad, ¡todo gracias a los esfuerzos de Rohan por detectar la vida silvestre junto a su casa!
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