Érase una vez, en un reino lejano, tres princesas: Ella, Jasmine y Sofía. Eran muy amigas desde la infancia.
Sus padres, el Rey y la Reina del reino, tenían una regla estricta para ellas: no debían salir al exterior hasta después de su decimoquinto cumpleaños. La razón era que vivían en la cima de la Montaña Azul, que estaba rodeada de muchos peligros, como animales salvajes y feroces tormentas.
Las tres princesas no entendían por qué no podían explorar el mundo que las rodeaba, pero sin embargo siguieron las órdenes de sus padres sin rechistar ni discutir. Todos los días, Ella, Jazmín y Sofía se pasaban jugando dentro de los muros del castillo, contando historias sobre valientes caballeros que luchaban contra dragones o buscando tesoros ocultos en ruinas antiguas.
Sin embargo, un día ocurrió algo extraño: ¡la montaña empezó a temblar! Durante días se agitó violentamente causando el pánico en toda la tierra. Todo el mundo temía lo que podría ocurrir si seguía temblando…
Afortunadamente, sus plegarias fueron atendidas cuando un anciano apareció de la nada con un bastón mágico en las manos. ¡Les dijo que había sido enviado por poderosos dioses para proteger la Montaña Azul de la destrucción causada por un malvado mago que quería apoderarse de su belleza y convertir a todos en esclavos bajo su control!
El Rey le ordenó que usara su poder mágico contra este acto atroz, pero desgraciadamente se negó por falta de valor en sí mismo, pensando que fracasaría si intentaba algo de forma insensata por su cuenta. A pesar de esta negativa ,Ell ,Jasmine
Deja una respuesta