Había una vez un viejo avaro que vivía en una pequeña aldea cerca del Bosque del Tigre. Era muy avaro y nunca compartía nada con nadie. Un día, decidió aventurarse en el Bosque del Tigre para encontrar un tesoro.
No sabía que eso sería su perdición. En cuanto puso un pie en el bosque, un malvado brujo le lanzó un hechizo que le dejó sin poder.
El anciano se vio incapaz de escapar del bosque y no tuvo más remedio que vagar por sus profundidades durante días. Tras varias semanas de búsqueda, se topó con una pobre esclava que había sido enviada por su amo a recoger leña en el bosque. Ella se dio cuenta de lo perdido y desamparado que parecía y enseguida le ofreció su ayuda.
Juntos buscaron una respuesta para romper el hechizo que pesaba sobre ellos, hasta que un día se encontraron con una extraña visión: ¡un ganso loco! El ganso loco les dijo que conocía a alguien que podía romper su maldición, si le llevaban tres objetos raros de lo más profundo del bosque: Una pluma de oro, un huevo de esmeralda y un collar de diamantes.
Los dos valientes aventureros partieron juntos en su búsqueda a través de bosques infestados de tigres y llenos de peligros a cada paso. Con mucho trabajo (¡y muchas llamadas de atención!), finalmente consiguieron recoger los tres objetos, que fueron devueltos al ganso loco a cambio de sus servicios. Sin embargo, para su sorpresa, en lugar de romper la maldición directamente, como se había prometido, el ganso se fue volando sin decir nada más, dejándoles decepcionados pero agradecidos por haber hecho tan buenos amigos durante esta aventura.
Finalmente, después de mucho buscar de nuevo por el Bosque del Tigre, nuestros cansados viajeros salieron victoriosos con los regalos del Ganso Loco en la mano, que rompieron el hechizo sobre el Viejo Avaro restaurando al instante todo su poder
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