Érase una vez una niña llamada Meena. Le encantaba explorar el mundo que la rodeaba y siempre sentía curiosidad por el medio ambiente y los animales. Un día, mientras estaba explorando la playa de su ciudad, se dio cuenta de algo extraño: ¡se encontraban en la orilla trozos de máscaras de un solo uso!
Meena no tardó en darse cuenta de que esas máscaras no sólo dañaban a las tortugas, que podían confundirlas con comida, sino que también contaminaban el océano. Sabía que si no se hacía algo pronto, se produciría aún más contaminación en el futuro. Fue entonces cuando se le ocurrió una idea: ¡hacer máscaras de tela en su lugar!
Meena se fue a casa y se puso a trabajar enseguida. Con algunos retazos de tela de ropa vieja donada por amigos y familiares, empezó a coser diferentes patrones de cubiertas faciales para ella y para otras personas de su comunidad. Todo el mundo admiraba lo creativa que era Meena con todos los coloridos diseños que creaba.
Pronto se corrió la voz de que Meena había hecho máscaras de tela reutilizables, así que la gente empezó a pedir las suyas propias hechas a medida. Para satisfacer las necesidades de todo el mundo, Meena creó una tienda online en la que la gente podía pedir sus propias máscaras personalizadas desde cualquier parte del mundo: ¡se conoció como la tienda «The Flying Mask»! Esto no sólo ayudó a reducir los residuos de máscaras de un solo uso, sino que también recaudó dinero que Meena destinó a iniciativas medioambientales locales, como la limpieza de playas o incluso a ayudar a que las especies en peligro de extinción vuelvan a prosperar.
Gracias al pensamiento independiente de Meena, ahora tenemos una cosa menos que contamina nuestro planeta Tierra: ¡las máscaras de un solo uso! ¿Qué otras formas se te ocurren para mejorar nuestro planeta?
Deja una respuesta