Había una vez una joven llamada Ella. Era amable y generosa y siempre se esforzaba por hacer felices a los demás. Por desgracia, tenía un problema: no tenía ningún vestido bonito para ocasiones especiales, como bodas o bailes.
Un día, llegó una invitación por correo para que Ella asistiera a un baile de disfraces. Estaba muy emocionada, pero al mismo tiempo le preocupaba no poder ir por no tener ropa bonita.
En ese momento, ocurrió algo milagroso: ¡de la nada apareció un hada madrina! El hada madrina le dijo a Ella que no se preocupara, pues podía ayudarla a encontrar el vestido perfecto para el baile. Con un poco de polvo mágico, ¡emprendieron el viaje juntas!
Primero pasaron por una pequeña boutique donde encontraron muchos vestidos preciosos de todo tipo de colores y diseños. Tras probarse varios, Ella se decantó por un elegante vestido rosa que le quedaba perfecto. Pero aún no estaba completo; con otra oleada de polvo mágico del hada madrina se transformó en algo aún más impresionante que antes: ¡chispas y lentejuelas adornaban cada centímetro!
Ella dio las gracias a su nueva amiga por haberla ayudado a encontrar un vestido tan increíble antes de dirigirse al baile con mariposas en el estómago. Cuando llegó, todo el mundo se quedó boquiabierto al ver lo encantadora que estaba; pronto la gente se preguntó quién había diseñado un vestido tan exquisito… pero Ella sólo sabía que había sido gracias a una ayuda muy especial de alguien muy mágico: ¡su Hada Perruna!
La moraleja de esta historia es que, independientemente de la situación en la que te encuentres, siempre hay esperanza si extiendes la mano y crees en ti misma.
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