Había una vez una familia de cuatro personas que vivía en las montañas. Tenían dos hijos, que estaban muy unidos y les encantaba jugar juntos.
Una noche, después de meter a sus hijos en la cama, los padres oyeron unas risas procedentes de debajo de la manta de una de sus camas. Cuando retiraron las mantas, ¡sólo pudieron ver dos caritas que se asomaban!
Los niños habían creado un mundo entero bajo la manta, con sus propios árboles y casitas que parecían moverse como por arte de magia.
Los padres no podían creer lo que veían y decidieron unirse a la diversión. Juntos, crearon pequeños barcos que navegaban por un mar imaginario mientras los animales correteaban por debajo de ellos. La familia pasó horas explorando este nuevo mundo hasta que por fin llegó la hora de irse a la cama.
Al llegar la mañana, sólo quedaba un libro escondido bajo unas mantas a los pies de una de sus camas. Decía «El libro de las mantas: Una historia de creatividad y diversión a la hora de dormir». En su interior se detallaba cómo se pueden encontrar mundos enteros cuando se utiliza la imaginación y se mira más allá de lo que se ve a primera vista.
Esta historia pronto se convirtió en una de las favoritas de las familias de todo el mundo, recordándoles que incluso algo tan simple como una manta para dormir puede convertirse en un lugar mágico donde todo es posible.
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