Había una vez una hermosa joven llamada Cenicienta. Vivía con su malvada madrastra y dos hermanastras. La obligaban a hacer todas las tareas de la casa mientras ellas no hacían nada.
Cenicienta estaba muy triste y sola, pero nunca perdió la esperanza de que algún día le sucediera algo bueno.
Un día, el Rey anunció que iba a celebrar un gran baile para encontrarle un marido a su hija, la Princesa Encantadora. Todo el pueblo lo sabía y todos querían ir. La madrastra de Cenicienta le dijo que tenía que quedarse en casa y limpiar en lugar de ir al baile.
Cenicienta no sabía qué hacer hasta que, de repente, una anciana apareció en su puerta con tres regalos mágicos: Un vestido brillante para Cenicienta, unas zapatillas de cristal para sus pies y una carroza tirada por seis caballos blancos para que pudiera llegar al castillo a tiempo.
Cuando Cenicienta llegó al palacio, todo el mundo dejó de hablar porque estaba asombrado de lo guapa que estaba con su vestido brillante. El rey les dio la bienvenida al interior, donde había música y se servía mucha comida. La Princesa Encantadora vio a Cenicienta bailando con el Príncipe Encantador enfrente y se enamoró de él al instante.
El príncipe Charmant le pidió que le quitara uno de los zapatos de cristal de Cenicienta para poder recordar quién era cuando descubrió que se ajustaba perfectamente a su pie, ¡como si hubiera sido hecho sólo para él! Entonces declaró que ¡¡¡quienquiera que sea esta misteriosa belleza será mi esposa!!!
Todo el mundo buscó por todo el reino durante días tratando de averiguar quién podría ser esta chica misteriosa, pero nadie lo adivinó correctamente, ¡¡ni siquiera las hermanastras o la madrastra de Cindy! Finalmente, cuando todo parecía perdido, el Príncipe Charmant recordó haber visto a Cindy con unas zapatillas de cristal durante su baile en el Baile, y se dio cuenta de que sólo alguien tan especial como Cindy podría haber llevado unas zapatillas tan únicas. Así que se fueron juntos en su carruaje real, se casaron poco después y vivieron felices para siempre.
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