Había una vez un simpático pajarito llamado Tiny. Tiny vivía en el bosque, cerca del río, y le encantaba piar todo el día. Un día, mientras exploraba, se encontró con un interesante libro con dibujos en cada página, pero sin ninguna palabra.
Lo reconoció inmediatamente como uno de los libros de arte experimental de Sue Clancy: ¡este parecía ser sobre pájaros! Entusiasmado, Tiny lo abrió y empezó a hojear las páginas. Pronto descubrió que cada página estaba llena de diferentes pájaros que cantaban sus propias canciones; algunas eran ruidosas y estridentes, otras suaves y dulces.
A Tiny le encantó lo que vio, tanto que decidió componer su propia canción para cada página. ¡Cantó sus nuevas melodías una y otra vez hasta que se convirtieron en pequeñas notas para el propio sol! Mientras cantaba de página en página, su música llenaba no sólo el bosque, sino también los corazones de todos los que le oían actuar.
Rápidamente se corrió la voz por todo el país sobre el asombroso talento de Tiny: ¡todo el mundo quería escuchar más de estas hermosas melodías que habían sido creadas a través del libro de arte sin palabras de Sue Clancy! Muy pronto, la gente empezó a viajar a lo largo y ancho del país sólo para presenciar la increíble actuación de Tiny en vivo y en directo.
Todas las noches, antes de acostarse, durante semanas, los niños se reunían en torno a las hogueras de la ciudad y compartían historias inspiradas en el canto de Tiny, que destacaban temas como la creatividad y la amistad, recordándoles a todos que la vida es realmente mágica cuando usamos juntos nuestra imaginación.
Deja una respuesta