Había una vez un niño llamado Ballu que vivía en un viejo pueblo. Cumplía cuatro años y su deseo de cumpleaños era ver algo realmente sorprendente.
El día de su cumpleaños, Ballu se despertó y vio que fuera había empezado a llover. Miró por la ventana con curiosidad, pero lo que vio le causó aún más curiosidad: ¡caían peces diminutos del cielo!
Salió corriendo hacia la lluvia con asombro mientras veía caer cientos de peces desde lo alto. Sus padres y vecinos se unieron a él asombrados mientras intentaban atraparlos todos antes de que cayeran al suelo.
Ballu se preguntó cómo podía haber ocurrido esto y pronto descubrió que se debía a su deseo especial de cumpleaños. ¡Parecía que cualquier cosa podía suceder cuando se deseaba con suficiente fuerza en su día especial!
Los aldeanos celebraron su nueva amistad compartiendo historias alrededor de una hoguera mientras comían juntos platos de pescado recién cocinados. Desde entonces, todos los años, en el cumpleaños de Ballu, llovía pescado, ¡gracias a su deseo mágico!
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