Había una vez una niña muy enferma llamada Su. Llevaba muchos años enferma y su salud se deterioraba día a día. Su cariñoso padre estaba desesperado por encontrar una cura para la enfermedad de su hija, pero ninguno de los médicos a los que consultaba podía hacer nada para ayudarla.
Una noche, mientras su padre dormía, Su soñó que un gigantesco perro blanco de brillantes ojos azules aparecía ante ella y hablaba con una voz de otro mundo: «¡Soy el Doctor Perro! Puedo curarte si me dejas».
Por la mañana, cuando Su le contó el sueño a su padre, éste aceptó inmediatamente que debían buscar al misterioso Doctor Perro para salvar a su hija de una muerte segura.
Así que la valiente pareja emprendió su viaje en busca del mágico sanador. Tras varios días de viaje a través de bosques y montañas llenos de extrañas criaturas y peligrosos obstáculos, finalmente llegaron a la cueva secreta donde vivía el Doctor Perro. Cuando entraron en sus profundidades, se quedaron asombrados por lo que había ante ellos: ¡pilas de brillantes monedas de oro hasta donde alcanzaba la vista! Parecía que el Doctor Perro había utilizado estos preciosos metales para hacer un trueque por los conocimientos curativos de otros seres místicos que vivían en estos parajes, algo que nadie más sabía hacer…
El Doctor Perro les dio una cálida bienvenida a su casa y ofreció a Su un té hecho con hierbas especiales que la ayudarían a recuperar la salud con el tiempo. También les dio consejos sobre cómo debía cuidarse para no volver a caer en la enfermedad después de curarse. Por último, una vez dadas todas las instrucciones, se despidió de ellos con deseos de buena suerte, prometiendo velar siempre por ambos allá donde la vida le llevara…
La niña se recuperó poco después gracias a las milagrosas habilidades y enseñanzas del Doctor Perro, ¡mucho más rápido de lo que nadie creía posible! A partir de entonces, nunca más volvió a sufrir un ataque de enfermedad; tal era el poder que se otorgaba a los que acudían a este sabio médico canino… Y aunque sus caminos no volvieron a cruzarse después de aquel fatídico encuentro entre el hombre y la bestia, ambas partes permanecerán siempre conectadas en lo más profundo de su ser a través de los recuerdos compartidos durante su breve pero poderoso encuentro en aquellas cuevas sagradas de hace mucho tiempo…
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