Había una vez una vaca llamada Daisy que soñaba con visitar la Luna. La había visto en el cielo nocturno y quería ir un día a explorar sus cráteres y llanuras onduladas. Así que ideó un plan para llegar hasta allí utilizando su propio talento especial: ¡los pedos!
Una mañana, Daisy decidió que hoy era el día de su aventura. Comenzó comiendo todas las manzanas verdes que pudo encontrar, sabiendo muy bien que eso le daría mucho combustible para su viaje al espacio. Con cada manzana que comía, el estómago de Daisy retumbaba más y más fuerte hasta que finalmente – ¡¡¡PPPFFFFFTTTT!!! ¡Una gran bocanada de aire salió por detrás de su cola!
La fuerza impulsó a Daisy hacia el cielo como si fuera una flecha disparada por el aire. Mientras volaba cada vez más alto hacia las estrellas, Daisy vio brillantes planetas que danzaban alrededor de su cabeza abriéndose paso a través de un manto de estrellas centelleantes. Al final, después de lo que parecieron horas, Daisy llegó hasta la Luna, donde todo parecía muy diferente a la Tierra.
De repente, algo llamó la atención de Daisy: se trataba de un libro de arte experimental sin palabras, pero con muchas imágenes hermosas, titulado «Cómo la vaca pasó por encima de la Luna», creado por la artista Sue Clancy. Intrigada por su singularidad y curiosa por saber qué secretos se escondían en sus páginas, lo abrió con avidez para encontrar ilustraciones que mostraban exactamente cómo había llegado hasta aquí: ¡montando en ráfagas de viento creadas nada menos que por ella misma!
Daisy sonrió orgullosa al verse a sí misma en una obra de arte tan creativa; Sue no sólo plasmó lo descabellado pero posible que pueden ser los sueños si te arriesgas, sino que también recordó a todo el mundo que la creatividad nunca está limitada cuando te permites explorar nuevas posibilidades con determinación y trabajo duro.
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