Había una vez una niña llamada Meg. Tenía dos hermanos mayores, Emily y John, pero ella era la menor de los tres.
Una mañana, la mamá de Meg le pidió que saliera al bosque cercano a su casa y encontrara una cría de ciervo que se había perdido la noche anterior. Así que Meg salió sin más que su valor y su bondad para guiar su camino.
Meg no tardó en perderse en el vasto bosque, así que se detuvo a descansar cuando, de repente, oyó unos crujidos procedentes de unos arbustos cercanos. Salieron tres pequeños animales: ¡una nutria, una ardilla y un erizo! Todos ellos buscaban a su hermanito perdido, que también había desaparecido ese mismo día.
Los animales estaban muy agradecidos por la ayuda de Meg para encontrar a su hermano y decidieron unir fuerzas con Meg en esta nueva misión: ¡buscar a los dos bebés a la vez! Los cuatro buscaron por todo el bosque hasta que encontraron a los dos bebés acurrucados bajo un viejo tronco.
Los 4 amigos devolvieron rápidamente a los dos bebés a su casa, donde recibieron mucho amor de sus aliviados padres. A partir de entonces, cada vez que uno de ellos se perdía o necesitaba ayuda con algo, sabía exactamente a quién acudir… ¡a su nueva amiga la pequeña Meg!
Deja una respuesta