Había una vez una niña llamada Jane. Era muy valiente y vivía en el profundo y oscuro bosque con su mamá y su papá. Un día, mientras Jane jugaba en el exterior, oyó un extraño gruñido procedente de algún lugar lejano. Corrió hacia sus padres para contarles lo que había sucedido, pero ellos se rieron de lo sucedido y dijeron que no era más que su imaginación.
Pero esa noche, cuando Jane se fue a la cama, volvió a oír el mismo ruido extraño. Esta vez sonaba incluso más cerca que antes. Jane se arrastró nerviosamente fuera de la cama y abrió la puerta de su habitación, ¡sólo para encontrar un monstruo aterrador de pie justo delante de ella!
El monstruo dijo que se llamaba Bogey-Beast. Le dijo a Jane que quería ser su amigo y jugar con ella todo el día. Al principio, Jane estaba demasiado asustada para decir nada, pero luego se dio cuenta de lo simpático que parecía Bogey-Beast, así que aceptó que entrara en su casa para tomar el té todos los días después de la escuela.
A partir de entonces, todas las mañanas, cuando Jane se despertaba, Bogey-Beast la esperaba en el exterior, listo para una divertida aventura juntos. Exploraban el bosque que rodeaba su casa en busca de tesoros ocultos, jugaban al pilla-pilla bajo los sauces y construían escondites secretos entre las zarzas.
Los padres de Jane estaban preocupados al principio, pero pronto vieron lo bien que se lo pasaba su hija con Bogey-Beast, así que decidieron no preocuparse más por si era peligroso o malo, sino que lo acogieron en su familia como a uno de sus hijos.
Todas las noches, antes de acostarse, Bogey-Beast se encargaba de asegurarse de que todos sus nuevos amigos estuvieran bien metidos en la cama antes de volver a casa por el alféizar de la ventana hasta que las aventuras del día siguiente comenzaran de nuevo.
Con el paso de las semanas, Jane se hizo mayor, pero a pesar de su edad, Bestia Bogeu siguió siendo joven para siempre. No importaba a dónde les llevara la vida, siempre se encontraban el uno al otro cuando necesitaban ayuda. Compartieron secretos juntos, lo que hizo que su vínculo se fortaleciera con el tiempo. Cuando Jane se sentía deprimida, Bestia Bogeu siempre la animaba con chistes e historias divertidas. También le enseñó algunos hábitos humanos, como hablar con educación, asearse, etc.
Finalmente, después de muchos años, bogeu beast ha envejecido lo suficiente como para dejar este mundo en paz, dejando atrás un montón de dulces recuerdos con todos los que le conocían bien, especialmente con Jane, a la que consideraba su mejor amiga para siempre, hasta la eternidad.
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