Había una vez un niño llamado Bill. Siempre se metía en líos y ensuciaba la casa. Un día su madre se hartó y le dijo: «Bill, ¿en qué planeta está bien eso?».
No sabían que muy lejos, en el espacio exterior, existía un planeta en el que todos los extraterrestres eran como Bill. En este planeta todo el mundo se metía en líos y en problemas todo el tiempo, era su forma de vida.
El líder del mundo alienígena vio algo especial en Bill y decidió invitarle a una visita para que le enseñara cómo funcionaban las cosas en su planeta. Cuando llegó, no podía creer lo que veían sus ojos: ¡todos parecían tan contentos con sus vidas a pesar de todo el caos que había a su alrededor!
Pronto se dio cuenta de que estos alienígenas dominaban la creatividad, el pensamiento independiente y los buenos modales a pesar de su desorganizado estilo de vida. Le enseñaron a Bill algunas lecciones realmente valiosas durante su visita y, al final de su estancia, supo lo que significaba ser responsable sin comprometer la diversión ni la exploración.
Cuando Bill volvió a casa de su viaje por el espacio, puso en práctica todo lo que había aprendido: ahora, cuando mamá le preguntaba «¿En qué planeta está bien?» él podía responder con confianza «Bueno… supongo que aquí».
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