Érase una vez, en un reino lejano, dos hermosas princesas llamadas Daisy y Lily. Un día, las dos estaban paseando cerca del bosque cuando, de repente, fueron capturadas por tres feos trolls. Las habían engañado con sus disfraces y, antes de que se dieran cuenta, se las llevaron a un lugar desconocido en lo más profundo del oscuro bosque.
El rey del reino estaba desconsolado porque sus queridas hijas habían sido secuestradas y envió grupos de búsqueda por todo el país para intentar encontrarlas. Por desgracia, nadie pudo localizarlas en ningún sitio hasta que un día se presentó un niño valiente que se ofreció a ayudar a salvar a las princesas de sus captores. Se llamaba Minnikin, un niño de ocho años con ojos brillantes y grandes sueños.
Minnikin partió en su búsqueda sin dudarlo. Marchó a través de espesos bosques llenos de todo tipo de animales, pero ninguno de ellos parecía lo suficientemente amistoso como para pedirle ayuda para encontrar el paradero de las princesas. Entonces, mientras subía por un sendero de la montaña, oyó fuertes voces procedentes de lo que parecían tres Trolls gigantes que custodiaban algo tras las rocas de su cima: ¿podría ser aquí donde Daisy
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