¡Ratón en la casa!
Había una vez una familia que vivía en una casa grande y vieja. Un día, oyeron unos chirridos y escarceos procedentes de su cocina. Pronto se dieron cuenta de que había un invitado inesperado viviendo con ellos: ¡un ratón!
La familia se puso rápidamente a trabajar para averiguar cómo deshacerse de la pequeña criatura. El padre buscó consejo en todos sus libros y descubrió que necesitaba algo llamado «trampas para ratones». Salió de inmediato y compró dos de ellas.
De vuelta a casa, todos trabajaron juntos colocando las trampas alrededor de la cocina. Tuvieron cuidado de no herir ni asustar al ratón, pero querían que se fuera cuanto antes para poder volver a vivir tranquilamente en su casa.
A la mañana siguiente, cuando se despertaron, ¡una de las trampas se había activado! Dentro estaba su peludo amigo, sano y salvo, pero muy asustado. Mamá lo sacó con cuidado al exterior mientras papá preparaba algo de comida y agua cerca de donde lo había soltado para que tuviera algo que comer antes de continuar su viaje a otro lugar.
Mientras tanto, en el interior de la casa todos se sintieron aliviados de que su pequeño intruso no sufriera ningún daño después de todo este ejercicio de resolución de problemas. Todos estuvieron de acuerdo en que el trabajo conjunto había facilitado mucho las cosas que si una persona lo intentaba sola: ¡la cooperación es la clave! Y a partir de entonces, cada vez que alguien oía algún ruido extraño procedente de algún lugar de la casa, sabía lo que había que hacer: «¡Trabajemos todos juntos!»

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