Érase una vez, en vísperas de Navidad, Papá Noel se preparaba para llevar alegría y felicidad a todos los niños del mundo. Llevaba días trabajando diligentemente para preparar los regalos y cargarlos en su trineo.
Justo cuando estaba a punto de emprender su mágico viaje, Papá Noel oyó un cacareo maligno procedente del exterior de su ventana. Cuando se asomó, vio a tres siniestros demonios que se cernían sobre él. Estaban furiosos porque Papá Noel había traído tanta alegría cada año y querían acabar con ello.
Los demonios bajaron volando y se aferraron al trineo de Santa Claus con sus garras, amenazándole con no entregar ningún regalo este año a menos que les diera algo valioso a cambio. El pobre San Nicolás estaba terriblemente asustado, pero estaba decidido a no dejar que estas malvadas criaturas arruinaran la Navidad para todos los demás, así que decidió intentar negociar con ellos en lugar de rendirse del todo.
Papá Noel les dijo que si podían encontrar un lugar seguro donde nadie le encontrara, tal vez habría una oportunidad para que ambas partes salieran ganando; de lo contrario, ¡no habría trato! Los demonios aceptaron, pero justo cuando empezaron a volar con el pobre San Nicolás colgando indefenso de sus garras, ocurrió algo milagroso: ¡siete valientes renos aparecieron de repente de la nada!
Dasher, Dancer, Prancer, Vixen Comet Cupid Donner
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