Había una vez una joven aventurera y creativa llamada Aubry. Tenía una gran familia: ¡mamá, papá, tres hermanos y dos hermanas! Todos los años, por Navidad, la familia se reunía para celebrar la fiesta con mucha comida y regalos.
Este año no era diferente, pero esta vez Aubry quería hacer algo muy especial para su familia. Empezó a pensar en lo que podría regalarles a todos y que les encantaría. Pensó y pensó hasta que finalmente tuvo algunas ideas.
Aubry decidió empezar por su hermano pequeño, que tiene 4 años. Sabía que le gustaban los animales, así que salió de compras para encontrarle el regalo perfecto: ¡un gato de peluche! Era suave, mimoso y muy realista, como el que siempre soñó tener como mascota. Cuando se lo dio la mañana de Navidad, ¡su cara se iluminó de alegría!
Los siguientes fueron sus hermanos mayores, que ya son adolescentes. Últimamente les gustan los juegos, así que Aubry les regaló a cada uno el último juego de consola, del que aún no habían oído hablar. Sus hermanos estaban encantados cuando abrieron sus regalos la mañana de Navidad y no podían esperar a probarlo de inmediato, ¡gracias Aubry!
Finalmente fue mamá

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