Había una vez una joven llamada Lucy a la que le encantaba hornear. Le gustaba especialmente hacer tartas de manzana: el olor de la canela y las manzanas llenaba su casa mientras se cocinaban en el horno.
Un día, la abuela de Lucy vino de visita y le sugirió que hicieran una tarta de manzana del alfabeto. Juntas reunieron todos los ingredientes -harina, azúcar, mantequilla y sal- junto con las manzanas de su jardín. Luego extendieron dos círculos de masa y los colocaron en una gran fuente de horno antes de añadir las manzanas cortadas en rodajas para formar un dibujo del abecedario en la parte superior.
El aroma pronto llenó la habitación mientras se cocinaba en el horno durante casi una hora hasta que se doró a la perfección. Tras dejar que se enfriara durante unos 30 minutos, Lucy lo sacó con cuidado de la fuente y lo puso en una rejilla para enfriar junto al plato favorito de su abuela.
A continuación, Lucy sacó un poco de helado de vainilla del congelador para que todos pudieran disfrutar de una deliciosa porción de su tarta de manzana del alfabeto. Cuando cada persona dio el primer mordisco a esta mágica delicia, las letras empezaron a aparecer en su lengua de una en una: ¡A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z! Todo el mundo se alegró mientras Lucy sonreía de alegría por haber hecho una obra maestra tan creativa.
A partir de ese día, cada vez que alguien probara algo dulce u oliera algo delicioso, recordaría esta historia especial de época con la Tarta de Manzana del Alfabeto de Lucy, recordándonos a todos que aprender puede ser divertido.
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