Érase una vez una pareja de novios, Marie y Jean. Se iban a casar pronto, pero aún no habían encontrado el lugar adecuado para sus nupcias. Un día decidieron dar un paseo por el bosque cercano en busca de un lugar adecuado para su ceremonia nupcial.
No sabían que no sería un paseo ordinario por el bosque, ya que en lo más profundo se escondía un secreto que esperaba ser descubierto…
Mientras se adentraban en el bosque, Marie y Jean se dieron cuenta de algo extraño: ¡había una rama dorada encantada en el suelo! Al recoger este misterioso objeto, de repente empezó a brillar con fuerza y con su suave luz guiándoles hacia delante, supieron que su aventura acababa de empezar.
Los dos siguieron el camino iluminado por la rama dorada hasta que ésta les condujo hasta un viejo árbol con una gran puerta en su base. En el interior de este árbol vivían dos hadas que acogieron calurosamente a Marie y Jean en su casa. Las hadas les explicaron que si Marie y Jean podían completar tres tareas establecidas por ellas, no sólo habrían encontrado un lugar mágico perfecto para su boda, sino que también serían bendecidos con una verdadera belleza interior que nada más podría proporcionar o igualar.
Marie y Jean aceptaron sin dudarlo, después de todo, ¿qué mejor manera había de completar estos retos juntos? Así que nuestra valiente pareja se puso en marcha decidida a demostrar que era digna de tan grandes recompensas. Y así comenzaron muchos días llenos de risas, valor, determinación… ¡y éxito! Porque, aunque cada tarea presentaba sus propias dificultades en el camino, utilizando el ingenio junto con la fuerza interior, ¡ambos superaron perfectamente cada reto que se les planteó!
Finalmente, cuando las tres tareas estaban terminadas, nuestra pareja de novios volvió al lugar donde había empezado todo -la entrada del viejo árbol- para recibir una última sorpresa: ante ellos había dos hermosas mariposas listas para transportar a Marie
Deja una respuesta